Cuando llega el verano, casi todo el mundo aprovecha hasta el último rayo de sol para coger color y ponerse morenos. Como los perjuicios de las radiaciones solares ya son bien conocidos, la mayor parte de la población toma el sol con conciencia y se protege adecuadamente. Pero aún así, muchas veces no es suficiente y aparecen las típicas quemaduras solares.
Una quemadura solar prodria definirse como un enrojecimiento de la piel, que habitualmente se produce después de exponer al sol, debido a que el grado de exposición excede la capacidad que tiene la melanina para proteger nuestra piel.
Las quemaduras solares pueden ser de primer, segundo o tercer grado, según los síntomas:
- Primer grado: son más inflamatorias y no hay destrucción de las capas más profundas de la piel. Aparece enrojecimiento, inflamación y dolor que marchan en 3 días. Después se produce una descamación de la parte más superficial de la piel, que vuelve a epitelizante en una semana sin dejar marcas.
- Segundo grado: la afectación de la piel es más profunda (dermis) y aparecen ampollas. La evolución habitualmente es buena, y la ampolla se seca y se desprende sola después de pocos días. Después de 8-10 días se completa la regeneración de la piel sin dejar marcas. NO se deben reventar las ampollas ya que la piel levantada representa una capa de protección, y el líquido que hay dentro tiene las defensas suficientes como para fortalecer la piel.
- Tercer grado: la afectación de la piel es aún más profunda, y generalmente se caracterizan porque suelen generar un efecto d’anetèsia, y son indoloras. En estos casos lo más adecuado es acudir al médico.
¿Qué hacer ante una quemadura solar ???
Las de primer grado es importante que se laven con suero fisiológico, para eliminar restos de partículas o gérmenes que podrían infectar la herida. La zona se secará con una gasa estéril realizando toques suaves. A continuación se puede aplicar sobre la zona, algún preparado que contenga aloe vera, caléndula, centella asiática, ácido hialurónico … que ayudarán a acelerar la reepitelización. Es conveniente que la lesión se tape con una gasa para evitar posibles infecciones, y para proteger la zona del sol. Por la noche la herida deberá dejar al aire libre.
En las quemaduras de segundo grado, tal y como se ha comentado antes, no se tendrán que reventar las ampollas. La zona que esté alrededor de las ampollas, probablemente presentará los mismos síntomas que una quemadura de primer grado, por lo tanto se tratará como tal.
Cómo evitar todo esto es muy fácil: ve a tu farmacia de confianza y allí te darán un fotoprotector que se adecue a tus necesidades y exigencias. Asimismo, también te explicarán como te la has de poner y con qué frecuencia.
Vivir en un pueblo de playa es una gran ventaja, y tener el sol garantizado, es un privilegio que no todos pueden disfrutar. Hagamos que este privilegio no acabe siendo un problema a la larga !!!
Disfrutad del sol con cabeza !!!!