El descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en 1928, supuso un antes y un después en el campo de la Medicina. Enfermedades como la gonorrea, la sífilis o la tuberculosis, que tantas muertes humanas habían causado, ahora se podían curar.
A partir de ese momento, la industria farmacéutica invirtió tiempo y mucho dinero para ampliar y profundizar en el conocimiento de los antibióticos. Gran parte de su esfuerzo la han dedicado, no sólo en la obtención de moléculas nuevas, si no en la obtención de moléculas capaces de ser activas frente las resistencias a los antibióticos que las bacterias han ido desarrollando a lo largo de los años.
A pesar de la mejora sanitaria que ha supuesto la introducción de los antibióticos, es importante conocer los efectos colaterales negativos que puede producir su administración. Nos referimos concretamente a los efectos que pueden tener estos principios activos sobre nuestra flora bacteriana. Es decir, los antibióticos matan las bacterias causantes de las enfermedades, pero dentro de nuestro cuerpo, no tienen la capacidad de distinguir entre estas bacterias y aquellos que viven dentro de nosotros y que tan beneficiosos y necesarios son para nosotros.
Como consecuencia, la administración de antibióticos puede originar paralelamente otras patologías como son: diarreas, aftas bucales u hongos vaginales en mujeres. En todos los casos, estos efectos secundarios serán debidos a que, el tratamiento antibiótico por vía oral, ha destruido parte de la flora bacteriana de la zona en cuestión, lo que ha permitido el crecimiento de otras bacterias patógenas.
La solución a este problema radica en el uso de los llamados probióticos. Los probióticos son microorganismos (bacterias) vivos que se añaden a los alimentos o los medicamentos, y que se encargan de restablecer la flora bacteriana que los antibióticos han destruido a su paso.
De esta manera se consigue que el antibiótico nos cure la infección, sin que se afecten otras funciones de nuestro cuerpo. Además, el uso de los probióticos también se aconseja para otras situaciones:
• Épocas de estrés, incidencia de infecciones o cualquier situación que pueda sugerir una despressió del Sistema Inmunitario.
• Aftas bucales.
• Estreñimiento prolongado.
• Problemas digestivos.
• Problemas crónicos de la piel.
Desde la Farmacia insistimos mucho en la importancia y los beneficios del uso de probióticos. Pide ayuda si crees que necesitas, te ofreceremos los mejores consejos para que el resultado de tu tracatament sea el adecuado, y no se alargue por efectos secundarios que se pueden evitar!!!