Durante los últimos días hemos sufrido una fuerte ola de calor llegando a temperaturas muy altas. Estas altas temperaturas provocan una pérdida de líquidos y de sales minerales en nuestro organismo, que pueden provocar deshidratación, dolor de cabeza, sed intensa, mal estar general, aparición de calambres, etc. Si la exposición a temperaturas muy elevadas se prolonga se puede sufrir un golpe de calor.

Los síntomas típicos de un golpe de calor son: temperatura superior a 40º C, dolor de cabeza, náuseas, sed intensa, convulsiones, somnolencia e incluso pérdida del conocimiento. Si nos encontramos con un caso de estos, enseguida tenemos que llamar a emergencias (el 112) poner a la persona a la sombra, quitarle la ropa para airearla, abanicarse la, levantar la cabeza ligeramente y refrescar con agua fría la cara y axilas. Además darle agua para beber siempre y cuando la persona esté consciente.

Las personas más vulnerables a sufrir un golpe de calor son las personas mayores, discapacitados, menores de 5 años, deportistas y personas que realizan trabajos físicos intensos.

Recomendaciones para evitar un golpe de calor:

  • Utilizar climatización para refrescar el ambiente.
  • Mantener persianas y toldos bajados durante el día y abrirlas por la noche para refrescar el ambiente.
  • Refrescarse con duchas y beber líquidos en abundancia.
  • Evitar comidas abundantes y el alcohol.
  • Utilizar ropa ancha y ligera, mejor colores claros.
  • Protegerse del sol con gorro, gafas y protector solar.
  • Evitar actividades al aire libre durante las horas de más calor.

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