En los últimos tiempos es muy habitual que los médicos, naturópatas, dietistas o cualquier profesional sanitario, recurra a técnicas terapéuticas alternativas en sus tratamientos. Entre estas técnicas nos referiremos concretamente a las Flores de Bach.
Aunque muchos pensarán que las Flores de Bach son una técnica novedosa, o que han oído hablar poco o nada, para conocer sus orígenes deberíamos remontar hacia el año 1934. En aquel tiempo, Edward Bach, un reconocido científico bacteriólogo y inmunòleg, abandonó su trabajo científico para dedicarse a la búsqueda de lo que él llamaba «remedios florales».
Según el Dr. Bach, las enfermedades físicas tenían un origen emocional, y si los conflictos emocionales subsistían por mucho tiempo, la enferma del cuerpo comenzaba a aparecer. De este modo, si se conseguía restaurar el equilibrio emocional, se resolvía la enfermedad física.
Con toda esta teoría, y con una hipersensibilidad y una intuición que lo llevaban hasta el extremo de ver, escuchar y sentir cosas de forma especial, se dispuso a encontrar sus «remedios florales». Con estas impresionados cualidades va encontrar 38 remedios o Flores de Bach, a partir de las flores de hierbas, arbustos y árboles. Según él, la condición humana contenía 38 aspectos positivos que llevaban asociada una energía que vibraba a una determinada frecuencia dentro de nuestro cuerpo. Si esta frecuencia se alteraba, era cuando aparecía algún aspecto negativo o defecto como el odio, la incertidumbre, el miedo, el orgullo, etc., y si ese sentimiento negativo se mantenía durante el tiempo, era cuando aparecía la enfermedad. Con su investigación encontró 38 remedios que se caracterizaban porque cada uno, tenía una energía que vibraba a una frecuencia similar a cada aspecto positivo que tenía cada persona. Así, si alguna energía o aspecto se alteraba, sólo se trataba de administar la Flor de Bach que vibrara en la misma frecuencia. De este modo el organismo se equilibraba y se recuperaba el estado de salud.
Aunque la explicación de las Flores de Bach sea abstracta, y su funcionamiento sea difícil de imaginar, su uso durante años ha dejado evidencia de su efectividad. Además, es una terapia que no presenta interacciones con ningún medicamento, y es compatible con otros tratamientos. Se puede usar en bebés, niños, embarazadas, animales y en plantas. Y como característica importante destacar que las Flores de Bach son absolutamente inocuas, es decir, si se utiliza un remedio que no sea el adecuado, simplemente no actuará, pero nunca surgirán efectos secundarios.
En la farmacia elaboramos los preparados a base de Flores de Bach, y damos las explicaciones necesarias para que su uso se haga con confianza, y con la plena convicción de que el tratamiento va a funcionar. Asimismo, aconsejamos que el uso se haga siempre bajo la supervisión de algún profesional sanitario, que tenga la capacidad de llegar al interior del paciente, y pueda detectar los estados emocionales y mentales que están en desequilibrio.