INFARMA: La cartera de serveis ha deixat de ser una utopia

Entre las principales conclusiones de la mesa redonda sobre cartera de servicios destaca que “ha dejado de ser una utopía”, según ha remarcado la moderadora de la charla, Ana Sánchez Farré, vocal del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña. Las diferentes experiencias autonómicas expuestas demuestran que, aunque queda un largo camino por recorrer, se ha avanzado en la configuración de unos servicios remunerados en la oficina de farmacia.

La comunidad autónoma que más desarrollada tiene la cartera es Cataluña, a raíz del convenio firmado en julio de 2010 con el Servicio Catalán de Salud, que sirvió para poner las bases de un futuro modelo de concertación de servicios retribuidos en la oficina de farmacia .INFARMA: La cartera de serveis ha deixat de ser una utopia

Entre les principals conclusions de la taula rodona sobre cartera de serveis destaca que “ha deixat de ser una utopia”, segons ha remarcat la moderadora de la xerrada, Anna Sánchez Farré, vocal del Consell de Col.legis de Farmacèutics de Catalunya. Les diferents experiències autonòmiques exposades demostren que, tot i que queda tot un llarg camí per recórrer, s’ha avançat en la configuració d’uns serveis remunerats a l’oficina de farmàcia.

La comunitat autònoma que més desenvolupada té la cartera és Catalunya, arran del conveni signat el juliol del 2010 amb el Servei Català de Salut, que va servir per posar les bases d’un futur model de concertació de serveis retribuïts a l’oficina de farmàcia.

Experiencias con buenos resultados

Los primeros servicios acreditados que contempla la cartera catalana son el de la prueba rápida de detección del VIH-sida y el programa de detección del cáncer de colon y recto. Los resultados obtenidos con estos dos programas, tal como ha explicado María Pilar Gascón, secretaria del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña, demuestran la eficacia de este tipo de intervenciones. De esta manera, a través de la prueba del VIH-sida, en la que participan 36 farmacias, se han detectado 30 resultados positivos, sobre un total de 3070 tests (según datos de septiembre pasado). Respecto a la prueba de detección del cáncer de colon, de la que forman parte 163 farmacias, se han detectado 6,2% resultados positivos sobre el total de participantes.

Otras experiencias autonómicas presentadas durante la mesa redonda han sido las del País Vasco y Castilla y León. De la primera cabe destacar, aparte de la prueba de detección del VIH-sida, el programa de mejora del uso de la medicación en pacientes atendidos por los servicios de ayuda domiciliaria, que se realiza mediante un acuerdo con los ayuntamientos. En Castilla y León, la creación de la cartera de servicios es muy incipiente, aunque el presidente del consejo autonómico de farmacéuticos, Jesús Aguilar, señaló que el año pasado se dio un paso adelante importante con la firma de varios acuerdos con la Administración, concretamente, el de la realización de la prueba piloto para la detección del sida, la colaboración para atender a los peregrinos del Camino de Santiago y el programa para la mejora de la adherencia terapéutica en personas mayores . Además, próximamente se firmará un convenio para el desarrollo de una campaña de educación sanitaria a través de la cual los farmacéuticos formarán a padres y niños sobre obesidad infantil.

A pesar del avance que han supuesto estas iniciativas, Gascón ve varias barreras para una implantación generalizada de este tipo de servicios, como son la limitación de los recursos públicos, sobre todo en los momentos actuales de crisis, y la competencia de otros actores sanitarios que también están interesados ​​en ofrecerles, así como la evaluación de la eficiencia de las intervenciones farmacéuticas. Ante estas dificultades, señaló Gascón, el colectivo debe elegir la vía de la acción y de la búsqueda de propuestas imaginativas de remuneración de servicios.

La cartera de servicios debe entenderse como una filosofía, según opina Virginia Cortina, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Vizcaya, que la define como “un conjunto de actividades desde la oficina de farmacia para dar respuesta a una necesidad sanitaria “. Pero para configurar con éxito una cartera de servicios, es necesario que el colectivo “se crea su Popi papel, para poder venderlo a la Administración”.

¿Lo pagaría el usuario?

Una de las claves para el desarrollo de esta actividad, según Cortina, es que sea remunerado, ya sea por el propio paciente, por la Administración oa través de un sistema de pago mixto. En este sentido, Teresa Bassons, farmacéutica miembro del Consejo Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Barcelona, ​​ha propuesto la realización de encuestas entre los usuarios para conocer si estarían dispuestos a pagar por este tipo de servicios.

De momento, según ha declarado Gascón, sí pagarían la prueba de la detección del VIH-sida, tal como se ha puesto de manifiesto con la realización del piloto, y también estarían dispuestos a hacerlo con el Sistema Personalizado de Dosificación (SPD ).

Otra de las propuestas de Bassons para solucionar la falta de recursos para poder implantar estos servicios es lograr que las aportaciones de las farmacias y los descuentos que les aplican sean finalistas, es decir, que no vayan a parar a las arcas públicas sino concretamente a Sanidad, para que pueda haber un retorno para la realización de estos programas.

Mirada asistencial

Una mirada más crítica la ha aportado el vicepresidente de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), Vicente Javier Baixauli, que ha hecho hincapié en la falta de datos que demuestren a las Administraciones los resultados en salud de las intervenciones del farmacéutico. Según afirmó, la farmacia es invisible a los ojos de las autoridades sanitarias. “No sabemos qué problemas relacionados con los medicamentos evitamos ni qué ahorro proporcionamos al sistema”, subrayó.

Otra de las barreras para el desarrollo de una cartera de servicios es la “imagen social de comercio” que arrastra la farmacia, a la que no beneficia el amplio abanico de productos de parafarmacia que están presentes cada vez más en estos establecimientos . Para Baixauli, la base de la cartera de servicios debe ser eminentemente asistencial, y advierte del riesgo que conlleva centrarse en los servicios complementarios, es decir, aquellos que van más allá de la dispensación activa, la farmacoterapéutica, el seguimiento, las campañas de educación sanitaria, el uso racional del medicamento, etc.

El vicepresidente de la SEFAC ha pedido hacer un ejercicio de honestidad, preguntándose cuántos farmacéuticos estarían dispuestos a asumir este tipo de actividades asistenciales. “El futuro nos lo hacemos nosotros, no vendrán paso otros actores sanitarios a hacernos esto”, concluyó.

Fuente: fefac.cat

Experiències amb bons resultats

Els primers serveis acreditats que contempla la cartera catalana són el de la prova ràpida de detecció del VIH-sida i el programa de detecció del càncer de colon i recte. Els resultats obtinguts amb aquests dos programes, tal com ha explicat Maria Pilar Gascón, secretària del Consell de Col.legis de Farmacèutics de Catalunya, demostren l’eficàcia d’aquest tipus d’intervencions. D’aquesta manera, a través de la prova del VIH-sida, en la que participen 36 farmàcies, s’han detectat 30 resultats positius, sobre un total de 3070 tests (segons dades del setembre passat). Respecte la prova de detecció del càncer de colon, de la qual formen part 163 farmàcies, s’han detectat 6,2% resultats positius sobre el total de participants.

Altres experiències autonòmiques presentades durant la taula rodona han estat les del País Basc i Castella i Lleó. De la primera cal destacar, a banda de la prova de detecció del VIH-sida, el programa de millora de l’ús de la medicació en pacients atesos pels serveis d’ajut domiciliari, que es realitza mitjançant un acord amb els ajuntaments. A Castella i Lleó, la creació de la cartera de serveis és molt incipient, tot i que el president del consell autonòmic de farmacèutics, Jesús Aguilar, ha assenyalat que l’any passat es va fer un pas endavant important amb la signatura de diversos acords amb l’Administració, concretament, el de la realització de la prova pilot per a la detecció de la sida, la col·laboració per atendre els peregrins del camí de Santiago i el programa per a la millora de l’adherència terapèutica en persones grans. A més a més, pròximament se signarà un conveni per al desenvolupament d’una campanya d’educació sanitària a través de la qual els farmacèutics formaran a pares i nens sobre obesitat infantil.

Malgrat l’avenç que han suposat aquestes iniciatives, Gascón hi veu diverses barreres per a una implantació generalitzada d’aquest tipus de serveis, com són la limitació dels recursos públics, sobretot en els moments actuals de crisi, i la competència d’altres actors sanitaris que també estan interessats en oferir-los, així com l’avaluació de l’eficiència de les intervencions farmacèutiques. Davant d’aquestes dificultats, ha assenyalat Gascón, el col·lectiu ha d’escollir la via de l’acció i de la recerca de propostes imaginatives de remuneració de serveis.

La cartera de serveis s’ha d’entendre com una filosofia, segons opina Virginia Cortina, presidenta del Col·legi de Farmacèutics de Biscaia, que la defineix com “un conjunt d’activitats des de l’oficina de farmàcia per donar resposta a una necessitat sanitària”. Però per configurar amb èxit una cartera de serveis, és necessari que el col·lectiu “es cregui el seu popi paper, per tal de poder vendre-ho a l’Administració”.

Ho pagaria l’usuari?

Una de les claus per al desenvolupament d’aquesta activitat, segons Cortina, és que sigui remunerada, ja sigui pel propi pacient, per l’Administració o a través d’un sistema de pagament mixt. En aquest sentit, Teresa Bassons, farmacèutica membre del Consell Executiu de la Cambra de Comerç de Barcelona, ha proposat la realització d’enquestes entre els usuaris per conèixer si estarien disposats a pagar per aquest tipus de serveis.

De moment, segons ha declarat Gascón, sí pagarien la prova de la detecció del VIH-sida, tal com s’ha posat de manifest amb la realització del pilot, i també estarien disposats a fer-ho amb el Sistema Personalitzat de Dosificació (SPD).

Una altra de les propostes de Bassons per solucionar la mancança de recursos per tal de poder implantar aquests serveis és aconseguir que les aportacions de les farmàcies i els descomptes que els hi apliquen siguin finalistes, és a dir, que no vagin a parar a les arques públiques sinó concretament a Sanitat, per tal que hi pugui haver un retorn per a la realització d’aquests programes.

Mirada assistencial

Una mirada més crítica l’ha aportat el vicepresident de la Societat Espanyola de Farmàcia Comunitària (SEFAC), Vicente Javier Baixauli, que ha fet èmfasi en la manca de dades que demostrin a les Administracions els resultats en salut de les intervencions del farmacèutic. Segons ha afirmat, la farmàcia és invisible als ulls de les autoritats sanitàries. “No sabem quins problemes relacionats amb els medicaments evitem ni quin estalvi proporcionem al sistema”, ha subratllat.

Una altra de les barreres per al desenvolupament d’una cartera de serveis és la “imatge social de comerç” que arrossega la farmàcia, a la qual no beneficia l’ampli ventall de productes de parafarmàcia que hi són presents cada cop més en aquests establiments. Per a Baixauli, la base de la cartera de serveis ha de ser eminentment assistencial, i adverteix del risc que comporta centrar-se en els serveis complementaris, és adir, aquells que van més enllà de la dispensació activa, la farmacoterapèutica, el seguiment, les campanyes d’educació sanitària, l’ús racional del medicament, etc.

El vicepresident de la SEFAC ha demanat fer un exercici d’honestedat, tot preguntant-se quants farmacèutics estarien disposats a assumir aquests tipus d’activitats assistencials. “El futur ens el fem nosaltres, no vindran pas altres actors sanitaris a fer-nos-ho”, ha conclòs.

Font: fefac.cat

Pin It on Pinterest

Share This